La polinización es el paso del polen (granos diminutos que contiene las células sexuales masculinas) desde el aparato masculino hacia el femenino. Este proceso se puede realizar fundamentalmente de las siguientes maneras:



Polinización zoófila: recibe este nombre cuando es realizada por diversos animales como insectos (polinización entomófila), pájaros (polinización ornitófila), que transportan el polen en su propio cuerpo. Luego visitan otra flor de la misma especie y, al acercarse o entrar en contacto con ella, dejan el polen encima del estigma de la nueva flor.



Una vez obtenida su recompensa (polen o néctar) el animal se va con el cuerpo cargado del polen que polinizará aquella nueva flor que ha de visitar. El polen posado encima del estigma comienza a producir tubo polínico que, bajando por el estilo, llegará al óvulo para fertilizarlo.



El proceso de la ponilización en las flores



Polinización autopolinizante: se realiza cuando el polen de los estambres de una planta cae sobre su estigma.



Polinizadas por el viento: la polinización anemofilia o polinización realizada por el viento, surge de la necesidad que las plantas tienen de adaptarse a condiciones ambientales frías, donde generalmente existen pocos animales polinizadores. Entre las principales características que poseen las flores polinizadas por el viento podríamos mencionar:



• Un número muy pequeño de óvulos y un número inmenso de granos de polen, que aumenta las probabilidades de que una planta sea polinizada. Se calcula que un avellano (Corylus avellana L.) produce 500 millones de granos de polen al año.



• Los granos de polen de estas variedades son más pequeños, más ligeros y presentan una superficie lisa y seca (factores que facilitan el transporte a grandes distancias). Tenemos, por ejemplo, las grandes emanaciones de polen producidas por los bosques de coniferas en primavera o las de los cereales en verano.



• Estas flores no presentan pétalos ni nectarios puesto que no necesitan atraer a los insectos. Normalmente parecen reunidas en amentos cuyas estructuras, al ser más flexibles, permiten ser movidas por el viento desprendiendo el polen. Los árboles más comunes que se reproducen son el abedul y el sauce.